Cantando

¿Quién no ha quedado alguna vez embelesado por el canto de un pájaro? Los pájaros utilizan varios sonidos para comunicarse unos con otros. Las canciones son los sonidos más complejos y melodiosos. Los pájaros cantan para defender su territorio y para atraer a una hembra (en la mayoría de las especies, sólo el macho canta). Por eso podemos escuchar muchas más canciones en primavera y en verano.

No sólo hay una diferencia en el canto de los pájaros a través de las estaciones, sino que también a lo largo del día hay momentos en los que los pájaros cantan más. El amanecer y el atardecer son los momentos más activos. En concreto hay un momento al amanecer en el que todos los pájaros despiertan y cantan a la vez. Es lo que se llama el coro matinal. Recomiendo a todo el mundo escuchar el coro matinal en las mañanas de primavera y verano.

En todo momento hay un lugar en el que está amaneciendo y en el que los pájaros están cantando. Con el oscilar de la primavera y el verano entre los hemisferios norte y sur, el canto de los pájaros oscila también, de norte a sur, y de sur a norte, al mismo tiempo que viaja alrededor de la Tierra.

En todo momento, hay algún pájaro cantando. Y ha sido así desde hace 15 millones de años, cuando los primeros pájaros aparecieron en la Tierra.

Me gusta pensar que los humanos somos como los pájaros. Mi voz es parte de un coro que se escucha incluso cuando duermo. Mi vida es una nota de una melodía enorme. Por eso, aunque no entiendo, sigo cantando.

Publicado en Uncategorized | 9 comentarios

Cuentos tiroideos

Érase una vez una empresa de producción en la que sólo trabajaban dos personas: un operario y un jefe. La única comunicación entre el jefe y el operario eran órdenes de trabajo. El jefe decidía cuál sería la producción, escribía las órdenes de trabajo y las mandaba al operario. El operario era un buen trabajador. En los muchos años que llevaba trabajando en esa empresa, los clientes nunca se quejaron; la producción siempre había sido suficiente.

En algún momento algo cambió. Unos dicen que el operario se volvió vago y que el jefe empezó a mandar más órdenes de producción para contrarrestar. Otros dicen que el jefe se volvió ambicioso, mandando más órdenes de trabajo, y el operario respondió produciendo sólo lo necesario, ignorando el exceso de órdenes de trabajo. Lo que sí sabemos es que cada día había más órdenes de trabajo que lo que se producía. Y también sabemos que el operario siempre producía suficiente para los clientes.

Un día, el jefe invitó a la empresa a un amigo consultor que se dedicaba a ayudar a empresas con problemas. Quizá porque era amigo del jefe o quizá porque siempre trabajaba de esta manera, el consultor sólo consultó con el jefe, no necesitó hablar con el operario. Su conclusión fue que el operario era un vago y que si querían mantener la producción tendrían que subcontratar a otra empresa para cubrir parte de la producción.

Seis meses después, el consultor volvió a la empresa. Aunque la empresa subcontratada cubría parte de la producción, la producción seguía siendo justo la necesaria para cubrir la demanda de los clientes. Y aunque el jefe mandaba más órdenes de producción, el operario seguía produciendo sólo lo que era necesario. El consultor interpretó que el operario se estaba volviendo más vago y recomendó aumentar la producción subcontratada.

La misma escena se repitió seis meses después. Y así pasaron varios años. Cada seis meses aumentaba la producción subcontratada. Cuanto más producción se subcontrataba, menos trabajaba el operario. Y la producción total siguió siendo la necesaria para la clientela.

Nunca el consultor mostró interés en entender la perspectiva del operario. Nunca el consultor pensó en subcontratar menos y en reducir las órdenes de producción hasta lo necesario. Así que, con los años, el operario se acostumbró a trabajar cada vez menos.

Bienvenidos a la metáfora de mi cuerpo. Mi hipotálamo (el jefe) envía TSH o tirotropina (órdenes de trabajo) a mi glándula tiroides (el operario). El médico endocrino (el consultor) observa que el nivel de TSH en mi sangre es mayor de lo normal, diagnostica hipotiroidismo subclínico (vagancia) y me receta levotiroxina de sodio (empresa subcontratada). «Subclínico» significa que nunca he padecido síntomas de hipotiroidismo, que la producción siempre ha sido suficiente.

Cada día, junto con mi pastilla de levotiroxina de sodio, me trago lo que el médico me dice. Pero no puedo evitar dudar. ¿Por qué no esperar a que la producción sea insuficiente antes de tildar al operario de vago? ¿Por qué subcontratar sin hablar primero con el operario? ¿Quién puede creer que subcontratando a otra empresa el operario se volverá menos vago? ¿No será que cuanta más medicación tomo, más razones doy a mi tiroides para trabajar menos?

Yo no soy médico y este post no es una descripción precisa de lo que pasa en mi cuerpo. Este post es una descripción de lo que siento. Espero que alguien lo entienda.

Publicado en Uncategorized | 6 comentarios

Dos lecciones

Después de demasiado tiempo sin escribir en este blog, es difícil elegir dónde empezar. Quizá un buen comienzo sea explicar dos lecciones fundamentales que he aprendido desde que empezara el blog hace un año.

La primera lección es que yo elijo mi propia historia y que la historia que elijo se convierte en mi realidad. La perspectiva que elijo influencia en gran medida mi vivencia.  Por ejemplo, hace unos años yo creía que era un ser incapaz de sentir. El hecho de creérmelo lo convertía en realidad. Si alguna vez sentía algo, no lo llamaba sentimiento. Y esa manera de experimentar la realidad, reforzaba la historia inicial.

Las palabras y pensamientos son hechizos con los que transformo la realidad. No se trata de mentir o de manipular, sino de aceptar la responsabilidad de elegir mi perspectiva.

La segunda lección es que hay dos voces dentro de mí y en cada momento una de ellas está al control.

Una de las voces es racional, lógica y analítica, excelente resolviendo problemas, orientada al detalle y muy buena expresándose en palabras. La otra voz es emocional e intuitiva, centrada en lo que es importante y su mayor fortaleza es aceptar las cosas como son. Llamo a la primera voz mente y a la segunda voz corazón. Estos nombres son una simplificación y espero encontrar palabras más apropiadas.

Cuando mi mente está al control, me evado del presente reviviendo en mi cabeza situaciones pasadas o imaginando escenas futuras. Mi mente es tan buena encontrando soluciones que ve todo como un problema. Mi mente tiene un claro sentido de justicia y tiende a ser crítica conmigo mismo y con otras personas. Tomar una decisión es un trabajo arduo porque mi mente necesita saber que está haciendo lo correcto. Cuando mi mente está al control, me tomo a mí mismo demasiado en serio y no me permito jugar o hacer el tonto.

Cuando mi corazón está al control, mi mente está vacía y estoy presente en el momento. Mi corazón sustituye la necesidad de saber qué vendrá después por la confianza de saber que será bueno para mí. Cuando escucho a mi corazón, acepto y quiero a las personas tal y como son, escucho en lugar de pensar en lo que voy a decir y tomo decisiones con confianza y sin esfuerzo (siguiendo el camino del corazón).

Este año he aprendido a reconocer y a apreciar estas dos voces. Y ahora estoy aprendiendo a elegir cuál de esas dos voces quiero ser en cada momento.

Publicado en Uncategorized | 11 comentarios

¿El camino del corazón?

Hace un par de meses, en nuestro viaje a California, visitamos una escuela ‘hermana’. Allí nos dividimos en pequeños grupos con alumnos de las dos escuelas y cada uno contó su historia de cómo habíamos llegado hasta allí.

Yo conté mi historia. Conté cómo ante la duda siempre elegí el camino trillado. Cómo ese camino no era suficiente para mí. Cómo dejé un trabajo sin saber qué vendría después. Cómo rompí una relación añeja. Cómo me vine a otro país a hacer algo que no sabía lo que era…

Al terminar mi historia, uno de los alumnos de la otra escuela dijo: «¡Qué historia tan inspiradora! ¡Hay tanta valentía en tomar esas difíciles decisiones siguiendo el camino del corazón!» ¿El camino del corazón? Nunca lo había visto desde esa perspectiva. ¿Y si fuese verdad…?

Siempre me he sentido un poco perdido.

Hasta hace un par de años, tomaba las decisiones de mi vida de manera aleatoria. No tenía objetivo que guiase mis decisiones. Me dejaba influenciar por lo que se esperaba de mí. Me dejaba arrastrar por la vida. Pensaba que alguien estaba viviendo mi vida por mí, que yo era un mero espectador. Y acabé sintiéndome perdido, decepcionado, sin ilusión.

Hace dos años cambié mi perspectiva. Aunque aún me sentía desorientado, comencé a apreciar el estar perdido. Estar perdido es aceptar en nuestras vidas la incertidumbre que nos hace libres. Estar perdido es renunciar a cerrar puertas a cambio de una falsa sensación de seguridad.

Ahora mi perspectiva vuelve a evolucionar. Algo que aún no entiendo dirige mis pasos. No es aleatoriedad ni lo que otros esperan de mí. Es algo interno, una parte de mí en la que estoy aprendiendo a confiar. Llamadlo como queráis: espíritu, intuición, corazón…

No sé qué vendrá después, pero sé que lo sabré cuando llegué el momento.

Publicado en Uncategorized | 20 comentarios

Yo

Una compañera de clase dibujó esto en un momento de aburrimiento hace un par de meses.

Publicado en Uncategorized | 8 comentarios

Construyendo miedos

Estoy sentado en el autobús de línea. Frente a mí se sientan una madre y su hijo, que tendrá unos cuatro años. La madre saca un libro para colorear y una docena de pinturas de cera. Viendo la excitación en la cara del niño me doy cuenta de que tanto las pinturas como el libro son nuevos.

Al niño no le resulta difícil elegir uno de los dibujos del libro, pero elegir un color no es tan sencillo. Quiere cogerlos todos, pero tiene que empezar con uno. Su cuerpo inquieto en el asiento, sus ojos como platos danzando de uno a otro color, su mano insegura intenta coger una pintura pero se detiene indecisa antes de llegar a tocarla. Quizá la decisión más difícil en la vida del niño. ¡Qué maravilla no saber qué escoger porque todas las opciones son buenas!

Finalmente el niño se decanta por el amarillo y comienza ilusionado a colorear el tronco de un árbol. Enseguida, la madre le detiene y le explica que no puede pintar el tronco de color amarillo: el tronco debe ser marrón. Si quiere usar el color amarillo, puede colorear el sol o el pajarillo que está posado en la rama. El niño parece confundido. Después de unos segundos, deja la pintura amarilla, coge la pintura marrón y continua coloreando el tronco. Aún está contento, pero claramente menos entusiasmado que antes: su sonrisa se ha difuminado, el brillo de sus ojos se ha debilitado.

El niño continua coloreando con la pintura marrón el tronco del árbol. La madre se da cuenta de que se ha salido de la línea un par de veces y tranquiliza al niño diciéndole que no se preocupe, que es normal salirse de la línea cuando coloreas en un autobús.

A mi entender, ese día el niño aprendió tres lecciones de su bien-intencionada madre. Primera lección, mejor seguir las reglas que ser creativo. Segunda lección, salirse de la línea es un error, y hay que sentirse mal por ello. Tercera lección, se puede usar una excusa para no sentirse mal.

Presencié esta escena hace unos años, pero ese niño podría ser cualquiera de nosotros. ¿Cuántos de nosotros no confiamos en nuestra creatividad? ¿Cuántos de nosotros vivimos con miedo al fracaso? ¿Cuántos de nosotros justificamos nuestros errores en lugar de aprender de ellos?

¿Cuántas escenas como ésta ha vivido el niño? ¿Cuántas escenas como ésta no somos capaces de ver a nuestro alrededor? ¿Qué miedos y bloqueos se crean en nosotros con estas experiencias? ¿Quiénes seríamos sin estos miedos y bloqueos?

Publicado en Uncategorized | 14 comentarios

California

Hoy iniciamos un viaje al sur de California. El punto más lejano de nuestro viaje está a algo más de 1600km. Visitaremos algunos sitios interesantes. Eso significa que estaré dos semanas más desconectado que de costumbre.

Volveré con historias interesantes para vosotros.

Publicado en Uncategorized | 3 comentarios

Lecciones del salmón

En la parte trasera de la casa en la que vivo, fluye un pequeño arroyo por el que suben los salmones en su ultimo esfuerzo en vida. A veces me entretengo mirándolos y aprendo algunas de las lecciones que intentan enseñarnos.

Alguna vez se me pasa por la cabeza ayudarles, pero inmediatamente me doy cuenta de que no es posible. Si llevásemos un salmón desde el mar hasta el lugar donde nació y donde desovará, dejaría de ser un salmón. Los distintos tramos del río son retos que hacen al salmón ser salmón. Es mi mente la que etiqueta la corriente como problema y la que sueña con una vida más fácil. Pero el salmón no ve problemas ni intenta evitar la corriente; el salmón acepta las cosas como son, se enfrenta a los retos presentes y vive. ¿No será que lo que vemos como problemas en nuestra vida son retos que necesitamos para crecer?

En su viaje río arriba, un salmón pasa la mayor parte del tiempo quieto, aleteando suavemente para permanecer en el mismo sitio. Yo soy impaciente y quiero que se enfrente al siguiente tramo de corriente. Pero el salmón sabe esperar, sabe que cada cosa tiene su momento. ¿Por qué pensamos que los retos hay que superarlos inmediatamente? ¿Por qué no aprender a disfrutar de la vida mientras esperamos al momento adecuado para superar ciertos retos?

Espero que estas lecciones os ayuden. Y si queréis mas lecciones sólo tenéis que mirar alrededor.

Publicado en Uncategorized | 10 comentarios

Paz interior

A lo largo del día, determinados eventos y determinadas personas me hacen reaccionar, me hacen perder la calma, me hacen no ser dueño de mí mismo. Últimamente he analizado este proceso que me aleja de la aceptación y de mi paz interior y he descubierto algunas cosas sorprendentes.

En un primer paso, mi mente racional juzga todo y etiqueta cada cosa como buena o mala. ¿Cómo sé si mi criterio es correcto? ¿Quién soy yo para imponer mi criterio a otras personas? ¿Todo tiene que estar bien o mal? ¿Es necesario juzgar siempre? Juzgar es pensar que las cosas deberían ser diferentes. Juzgar es no aceptar. Juzgar es luchar contra la realidad.

El segundo paso consiste en reaccionar emocionalmente. Asocio al juicio una emoción negativa (e.g., enfado, frustración). ¿Por qué necesito sentirme mal cuando otra persona hace algo que yo considero que no está bien? Parece ser que dependo de esa reacción emocional para creerme una buena persona, necesito juzgar a los demás para sentir que mi sistema de valores es válido. Intento construir mi personalidad con debilidades ajenas. Me defino a mí mismo negando lo que no soy. ¿No me atrevo a definirme afirmando lo que soy?

El tercer paso es un paso opcional que tiene lugar cuando aplico los dos primeros pasos repetidamente sobre la misma persona. Me vuelvo dependiente de esa emoción negativa y espero de esa persona más errores, más acciones que desencadenen todo este proceso. Esa persona se convierte en mi enemigo. Y cuanto más enemigo es, más reacciono; y cuanto más reacciono, más enemigo es. Cuando vuelvo la vista atrás y analizo mi vida con esta nueva perspectiva, me doy cuenta de que siempre he creado enemigos a mi alrededor, eligiendo siempre la gente más cercana.

Agradezco ser consciente de todo esto, porque es el primer paso para cambiar. Desde que entiendo este proceso, me resulta más sencillo darme cuenta de que estoy reaccionando, explorar por qué y minimizar la reacción. ¡Seguiré trabajando en ello!

Publicado en Uncategorized | 6 comentarios

Desconectado

Siempre he sido una persona muy racional y lógica. Y aunque ser racional tiene sus ventajas, también puede tener desventajas. Especialmente cuando se es sólo racional y se olvida el lado emocional. En mi caso, mi mente dio hace tiempo un golpe de estado, tomó el control y desde entonces no ha escuchado a mi corazón.

No soy consciente de mis emociones. Sólo conozco el mundo de la palabra. Soy incapaz de entender a alguien que habla con el corazón. Nunca estoy presente porque siempre estoy pensando; y pensar es intentar viajar al pasado o al futuro. Carezco de motivación porque vivo desconectado de mis pasiones.

Pero no me arrepiento de nada. Agradezco ese corazón-coraza porque me ha protegido hasta ahora y me ha hecho ser la persona que soy. Agradezco ser consciente de esta debilidad y tener la oportunidad de cambiar.

En el post anterior os contaba que el objetivo del curso que estoy haciendo es enseñar a los alumnos a conectar con la naturaleza, con la comunidad y con uno mismo. Mi inconsciencia emocional me ha hecho vivir desconectado de todo. Pero aquí me pueden enseñar a conectar. Y aunque aún es pronto para apreciar algún cambio, claramente tengo una oportunidad única. Este es el lugar en el que debo estar ahora.

Publicado en Uncategorized | 9 comentarios